Mi corazón ha sido sombra sin luz,
mis manos invisibles, despintadas de amor,
el invierno llenó de charcos el camino
y con el frío se cayó mi voz...
Tuve que escuchar la triste canción
aquellas tardes de café sin conversación,
tampoco hubieron amores de verano
ni serenatas de jóvenes enamorados.
Viví para cantarle poemas al amor
pero solo cantaba al silencio de la habitación,
recitaba poemas que jamás fueron reclamados
y bastarda nacía en mi la ilusión.
Alguna vez dijeron que en mi juventud
tenía un rostro lleno de luz
y aunque las cicatrices han quedado
yo se que ya ha llegado mi amor...
Si mi corazón ha sido sombra,
sé que ahora también puede ser tu luz,
si la tarde de mi vida será lluvia,
yo se que esta no callará nuestra voz.
Si llegan tiempos de triste canción,
aun tendré tu nombre que diré en cada rincón...
déjame soñarte mi amor,
toma mi mano y aléjame de todo lo que pasó.
Andrés Guzmán C. (Jueves 5, Noviembre 2009)
