Todo lo que tengo es poco o nada;
esta vida se nos acaba tan pronto
tan injusta, tan llena de fantasmas.
Tan pocos colores alcanzan nuestros lienzos
y tan pocas palabras sobreviven al invierno;
todo pasa y en nada somos fuertes,
mucho menos ante los ladrones y el tiempo.
Mis mas bellos momentos se destiñeron,
han terminado muertos o amarillentos;
solo ha quedado un sabor amargo,
y el eco de este cuarto vacio.
Con los años,
se nos agotan las coutas de llanto.
Pero los sufrimientos, esos nunca acaban,
y los pueblos tan solo se hacen más solitarios.
Al adentrarse en este camino, quedan atras los amigos,
los amores, los sueños.
Hasta que aprendemos a quedar callados
y a saber lo que fuimos...
Sombras y sonidos,
que bailaron algún tiempo.
Andrés Guzmán (lunes 4, junio 2012)