El mundo fue levantado por hombres astutos,
por hombres valientes,
por algunos que fueron sabios,
y por otros que simplemente fueron fuertes.
Hombres de manos duras, hombres de manos hábiles,
manos al fin que araron lo inasequible, lo inalcanzable.
Hombres de manos duras, hombres de manos hábiles,
manos al fin que araron lo inasequible, lo inalcanzable.
Manos marcadas por lo amado y lo sufrido,
por la dicha y la desgracia que tienen todos los caminos.
El hombre será siempre un niño
y siempre tendrá juguetes, aún este viejo,
y será siempre un pillo
en busca de aventuras y amigos.
El hombre sabe tomar vino
y también sabe tomar café amargo.
Sabe cómo llorar por el despecho
en las madrugadas y sin escándalos.
El hombre sabe poner su cara para ser golpeado,
para no estar en el anonimato y ponerse a cargo.
Para ser reconocido, para ser amado
y para enfrentarlo todo cuando el mundo se viene abajo.
Un hombre entiende poco de subjetivos,
porque su mundo solo pinta negro o blanco.
Su amor no comprende de bemoles,
y le gusta bailarlo al son del tango.
Busca ser fuerte e invencible
para darse cuenta que los perfumes y los encajes
son mas fuertes que sus brazos,
que sus piernas y que sus años olvidando.
Un hombre tendrá historias de parrandeo,
o de bajas pasiones de mujeriego;
Un hombre tendrá historias de parrandeo,
o de bajas pasiones de mujeriego;
sin embargo todo hombre sueña establecerse
con aquella mujer, inercia de sus besos.
El hombre suele ser torpe y descuidado
así como lo es terco y obstinado.
El hombre suele viajar a caminos alejados
hasta encontrar su propia tierra y espacio.
Un hombre tendrá su propia ley,
su propio código.
Tendrá siempre un pasado oscuro
y siempre habrá buscado cómo repararlo.
Su mirada estará llena de romance
y también de muerte.
Un hombre querrá ser libre,
querrá ser fuerte,
ser amante,
ser valiente.
Querrá ser recordado,
y dejar un legado.
Morirá cansado
pero aguardando.
Buscando aliento por las glorias de sus pasos,
con aquella mujer, inercia de sus besos.
El hombre suele ser torpe y descuidado
así como lo es terco y obstinado.
El hombre suele viajar a caminos alejados
hasta encontrar su propia tierra y espacio.
Un hombre tendrá su propia ley,
su propio código.
Tendrá siempre un pasado oscuro
y siempre habrá buscado cómo repararlo.
Su mirada estará llena de romance
y también de muerte.
Un hombre querrá ser libre,
querrá ser fuerte,
ser amante,
ser valiente.
Querrá ser recordado,
y dejar un legado.
Morirá cansado
pero aguardando.
Buscando aliento por las glorias de sus pasos,
pero moribundo por lo que no hizo, por sus fracasos.
Y allí buscará su ultimo abrigo,
en las memorias de su amor y lo que haya construido con sus manos.
Andrés Guzmán (miércoles 13, Noviembre 2013)
Y allí buscará su ultimo abrigo,
en las memorias de su amor y lo que haya construido con sus manos.
Andrés Guzmán (miércoles 13, Noviembre 2013)
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