
Empiezo a sentir la mañana.
mis ojos aun no han abierto...
y como un manjar, siento mis manos
atando tus caderas a mi cuerpo.
Siento tu despertar junto al mio...
me acerco para mimarte suavemente al oido
provoco nuestra piel a estar penetrados
en caricias comprendiendo todo lo decimos.
Respondes mi deseo en tus adentros,
y puedo sentirte estremeciendo...
Es tu humeda fragancia que me embriaga
y van de nuevo mis manos enloqueciendo...
El mundo entero se levanta
pero nuestra cama sigue de madrugada...
entre el frío y las sabanas
haré para ti un poco más larga esta mañana...
Andrés Guzmán (Lunes 19, Mayo 2008)