
Encontré una fotografía tuya esta madrugada,
y la oscuridad de mi habitación
se rompió con el color de tu mirada...
El aire frío y muerto del recinto cambió al perfume que usabas
y el silencio del lugar fue tomando la forma de tus palabras...
se transformaron mis pupilas en lluvia fría
y mis manos en los charcos
que fueron empapando la fotografía .
Mi determinación se volvió duda,
mi tranquilidad en zozobra,
y el recuerdo en una herida...
Si tan solo pudiera hacer real la fotografía
y extraerte de la imagen a mi alcoba...
si acaso mi poesía pudiera darle vida a mis memorías
y que aparecieras de repente por la mañana...
si acaso mi amor pudiera convercerte que todo lo daría...
Pero será mejor para todos
que me acostumbre a tu fotografía...
Andres Guzman 1:30 am (diciembre 30, 2007)
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